Descubre la historia del marketing

Antes de empezar, y por si acaso hay alguien por aquí que no tiene muy claro qué es el marketing, pongamos las cartas sobre la mesa: El marketing (o márquetin o mercadotecnia), según la definición de la RAE, es el conjunto de estrategias empleadas para la comercialización de un producto y estimular su demanda.

Sin embargo, para aquellos que nos movemos dentro del mundillo, esta definición se nos queda un poco corta. Para nosotros, el marketing va más allá de comercializar un producto: Son las estrategias o prácticas cuyo principal objetivo es agregar valor a productos y marcas para añadirles más importancia frente a un público objetivo. Es decir, aportar valor para que un público al que queremos interesar nos tenga más en cuenta.

A día de hoy, la palabra marketing está más que normalizada dentro de nuestro lenguaje. Sin embargo, durante mucho tiempo, fue de esos términos que, a gran parte de la población, le sonaba a chino.

Y es que este término viene de la palabra market, mercado en inglés, que a su vez viene de la palabra mercatus que en latín significaba lo mismo. Esta fue adquirida por los anglosajones, véase las personas que hablan inglés, quienes les añadieron ese -ing al final, que simplemente convierte el verbo en un sustantivo, pasando de market (vender o comerciar) a marketing (la acción de vender o comerciar). Esta misma construcción podemos encontrarla también otros cientos de palabras que, en castellano, se han adquirido y normalizado del inglés, como puede ser branding, naming o advertising.

La primera vez que se dice que se utilizó el término marketing, fue en Estados Unidos, aunque no está muy claro ni cuando ni cómo. Por un lado, se cree que un profesor de la universidad de Michigan, E.D. Jones, impartió un curso en el año 1902 donde se expuso por primera vez esta palabra. Sin embargo, también se dice que su aparición real fue en 1922, cuando Fred E. Clark, escribió el libro “Principios del Marketing”.

En realidad, cuándo apareciese exactamente no es de gran importancia. Sin embargo, lo que sí podemos asegurar con claridad, es que el marketing lleva entre nosotros mucho más tiempo del que podemos pensar.

Para conocer dónde comienza la historia del marketing y cuál es su origen, debemos remontarnos a hace muchos años, al nacimiento del comercio. Fue entonces cuando se comenzó a crear el marketing, no cómo lo comprendemos ahora, pero sí en su versión más primitiva.

Entonces, las personas precisaban del trueque para satisfacer sus necesidades y, con el tiempo, esto se convirtió en una práctica habitual, creándose así los mercados, lugares específicos en los que intercambiar elementos por otros o por dinero. Más adelante se empezó a comerciar también con los servicios y, con el paso del tiempo, se fue dando forma a lo que hoy conocemos.

Marketing 1.0

Tras la Revolución Industrial, se da esta primera fase o marketing 1.0, que se rige por la compra compulsiva, ya que los compradores necesitan hacerse con objetos o productos, por lo que las empresas se centraban en el desarrollo de estos.

Marketing 2.0

Con la inclusión de la Tecnología de la Información (TI), las necesidades de los compradores cambian: Ya no compran compulsivamente, sino que comienzan a fijarse en qué productos compran. Empiezan a buscar características concretas que diferencien los productos dentro de la misma categoría, comenzando a tener en cuenta la propuesta de valor de cada marca o empresa.

Marketing 3.0

La siguiente gran revolución dentro del marketing pasa por la conciencia medioambiental y las nuevas tecnologías, como los ordenadores, el internet, los smartphones y las redes sociales.

Al contar con mayor rango de opciones, durante esta etapa, el cliente ya no se centra solo en las características de producto, sino también en la empresa que los produce y los valores de esta, especialmente aquellos relacionados con el medioambiente y la responsabilidad social.

Marketing 4.0

Por último, se encuentra la etapa en la que estamos ahora: marketing 4.0. La principal característica de esta es la unión de los canales tradicionales con los digitales y, por ende, la interconexión.

Además, actualmente, nos encontramos con que las marcas tienen una estrategia muy clara donde el foco de la misma está muy definido: todo gira alrededor del cliente. De esta forma, comenzamos a trabajar más en las relaciones a largo plazo con los compradores y en dinámicas multidireccionales, al contrario que en las etapas anteriores, donde la comunicación únicamente era unidireccional.

En esta etapa tiene mucha importancia también la Inteligencia Artificial que, como todos podéis saber, va ganando terreno día tras días. El Big Data se ha convertido en parte de los procesos de compra, segmentando a los clientes y permitiéndonos conocer sus necesidades y características.