La tipografía engloba un sinfín de conceptos y conocimientos y muchos de ellos son auténticos merecedores de su propio libro para desentrañar sus secretos. Es por eso que hoy queremos introduciros en el apasionante y extenso mundo de la tipografía. ¡Acompáñanos!
Resultan incontables las ocasiones en las que escuchamos hablar de «la tipografía», sin tener muy claro qué abarca exactamente este término. Es por ello que trataremos de aclarar conceptos como «tipo», «fuente» y otros muchos términos que tendemos a confundir de manera habitual.
Qué es la tipografía
En sí la tipografía hace estricta referencia a la composición e impresión de textos de manera gráfica. Si bien parte de esto es cierto, actualmente resulta incompleto debido a la magnitud que ha adquirido a lo largo de los últimos siglos.
La tipografía se ha convertido en un elemento clave de la comunicación visual dadas las propiedades que esta ha adquirido a lo largo del tiempo. Hablamos de términos como la psicología de la tipografía y las capacidades compositivas de la tipografía.
Es por ello que podríamos catalogar la tipografía en dos tipos principalmente:
- Tipografía de edición: su principal misión es la legibilidad, la facilidad de transmitir un mensaje de manera óptima, conjugando funcionalidad y estética para lograr una lectura rápida y sencilla sin renunciar a la belleza.
- Tipografía creativa: deja en un segundo plano la legibilidad en pos de un efecto visual que genere o evoque una sensación determinada en el usuario.
Psicología de la tipografía
Como ya hemos comentado, la tipografía es capaz de evocar sensaciones o recuerdos, e incluso transmitir emociones muy concretas gracias a asociaciones perceptivas por parte de los lectores.
“Puedes decir, «Te amo», en Helvética. Y puedes decirlo con Helvética Extra Light si quieres ser realmente elegante. O puedes decirlo con Extra Bold si es realmente intenso y apasionado”.
Massimo Vignelli
En el mundo de la tipografía se tiene muy presente el impacto de cada estilo y familia tipográfica. Como bien decía el ilustre «Massimo Vignelli», se puede lograr distintas interpretaciones del mismo mensaje escrito con tan solo variar el estilo de la tipografía empleada.
¿Tipografía o fuente?
Seguro que has escuchado más de una vez el término «fuente» aplicado a una familia tipográfica. Esto se debe a un error etimológico que se ha extendido hasta nuestros días. Esta confusión se remonta a la Edad de Oro de la tipografía, durante la cual, los fundidores de metal para imprenta se referían al «fundido» del conjunto de caracteres de una determinada familia tipográfica. Fue entonces cuando los fundidores ubicados en Inglaterra, donde se desarrollaron varias de las tipografías más famosas de la época, adaptaron el término «font» proveniente del francés «fonte», lo que a la postre derivaría en el castellano «fuente».
Qué es una familia tipográfica
Una familia tipográfica la compone un conjunto de caracteres alfabéticos con coherencia formal y estética. Esto supone que dentro de la misma familia, los caracteres guardan elementos formales en común que los hacen similares, homogéneos y capaces de expresar una «personalidad propia» que los distingue de otras familias.
De esta manera, encontramos familias con remates, de palo seco, redondeadas, condensadas o expandidas entre muchas otras, pero cada una de esas características individuales se ven reflejadas en cada uno de los caracteres de dicha familia tipográfica.
Todas las fuentes se construyen sobre una línea base en las que «se asienta el cuerpo» del carácter, independientemente de las ascendentes, descendentes y altura media que posean. No obstante, hablaremos de la anatomía de la tipografía con mayor profundidad en posteriores artículos.
Por último, cabe recordar que la familia tipográfica ha de guardar ciertos criterios estructurales para optimizar su lectura. Es por ello que resulta poco recomendable alterar propiedades como las proporciones y el espaciado de la tipografía.
Por norma general, las tipografías cuentan con un estudio de legibilidad y percepción determinado que no conviene modificar. Además, alterar la anatomía de una familia tipográfica puede hacer que se asemeje a otra familia distinta, perdiendo eficacia, legibilidad así como su esencia y personalidad.
Clasificación de los tipos
Aunque existen numerosas familias tipográficas, prácticamente todas tienen ciertos elementos en común, permitiendo de esta manera catalogar con mayor o menor acierto la clase de tipos que posee dentro de las siguientes subclases.
Tipografía con serifa o romana
Proveniente de la era del imperio romano, a través de una larga evolución sobre la que hablaremos en artículos posteriores con mayor detalle, la tipografía romana o con serifa, nace de la escritura y grabado romanos.
Es su nombre precisamente el que hace referencia a su principal característica, la serifa. Este remate que a priori puede parecer meramente decorativo ha evolucionado hasta resultar uno o varios apéndices tan identificativos que logran facilitar en gran medida la lectura de los textos más extensos. Es por ello que este tipo de tipografía es el más empleado en maquetación editorial como en libros, revistas o periódicos.
Tipografía sin serifa o de palo seco
Se trata del caso opuesto al anterior. Este tipo de tipografía carece de remate alguno y aunque inicialmente se le achacaba cierta falta de personalidad, el estudio y desarrollo de estas ha derivado en la gran variedad de tipografías de palo seco existentes en la actualidad.
Si bien es cierto que para textos muy extensos se sigue empleando mayoritariamente tipografías con serifa, la facilidad con la que la tipografía de palo seco se lee en pantallas y dispositivos digitales, hacen que cada día sean una alternativa más y más válida para todo tipo de textos.
Tipografía script o caligráfica
Este tipo busca emular los acabados caligráficos de épocas en la que la escritura manuscrita gozaba de gran fama. Son muy estilizadas y las hay que simulan a la perfección las ejecuciones más complejas y bellas del mejor de los calígrafos. No obstante, no suelen contar con gran legibilidad y esto las relega a un uso meramente ornamental, como en encabezados y otras aplicaciones, pero casi nunca para texto corrido.
Tipografía graphic o fantasía
Suelen sacrificar gran parte de la legibilidad para lograr la mayor originalidad. Cada familia es muy diferente de las otras, con trazos de todo tipo; orgánicos, caóticos, con formas y texturas, etc. Podría decirse que todo vale en la tipografía de fantasía. Podemos encontrarlas en rótulos, lettering o logotipos entre muchas otras aplicaciones.
Conclusión
Queda claro que el mundo de la tipografía es realmente extenso, lleno de matices y términos. No obstante, esperamos que este breve artículo haya resultado de ayuda para comenzar a comprender algo mejor la tipografía y sus peculiaridades.
Como ya hemos dicho antes, en próximos artículos agregaremos más información al respecto para disipar cualquier duda relativa a la tipografía. ¡Te esperamos!
Deja una respuesta
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *