En la sociedad actual, no cabe duda de que el marketing de marca (o brand marketing) es un elemento esencial para que las empresas se hagan un hueco en sus mercados, sea cual sea su objetivo comercial. Sin embargo, sigue habiendo muchas personas que no comprenden la importancia de las estrategias de marca y cómo estas pueden marcar la diferencia en el comportamiento de nuestro cliente objetivo, convirtiéndolo en un creyente de marca 100% fiel.
Por eso, en el artículo de hoy, vamos a hablar más en profundidad sobre qué es el brand marketing, cómo nace esta idea y cómo una buena estrategia de marca puede marcar la diferencia.
¡Empezamos!
Índice de contenidos
¿Qué es el Brand Marketing?
El Brand Marketing o marketing de marca, como ya hemos comentado anteriormente, es mucho más que una estrategia comercial: es la esencia que da vida y personalidad a una empresa dentro del amplio mundo empresarial.
Para decirlo de otra manera, el brand marketing tiene como objetivo construir una conexión profunda y duradera con los consumidores, transformando una simple transacción en una experiencia memorable para ellos.
Es decir, no se limita a simplemente a promocionar productos, sino que busca contar historias que calen en la audiencia y transmitir valores que trasciendan lo tangible. ¿Para qué? ¡Muy sencillo! Para destacar entre el resto de empresas y crear una imagen de marca que quede marcada en la mente y corazón del consumidor.
Digamos que la estrategia de marca busca, además de satisfacer las necesidades del cliente, emocionarle, inspirarle y cultivar una relación basada en la lealtad con este.
¿Cómo nace la idea de marca?
Para comprender cómo funciona el brand marketing, debemos remontarnos a dónde se concibe por primera vez una marca como tal. Partimos de que la idea de marca nace desde la necesidad racional de la diferenciación. Y es que se dice que el primer concepto de marca que hay nace en Escandinavia, de la mano de un granjero de vacas.
Este, al observar que el resto de sus vecinos granjeros también contaban con vacas, ve la necesidad de marcas las suyas, de manera que estas sean fácilmente diferenciables. De esta manera, el granjero consigue no solo identificarlas y reconocerlas él mismo, sino que también lo hagan el resto de personas.
Es ahí donde nace el concepto de «Brand» (marca), que proviene, debido a su origen, de la palabra marcar.
Como podéis observar, no importa que sea una persona con una empresa, o un granjero con sus vacas: Todo lo que nos rodea (incluso nosotros mismos) es una marca. Tú eres una marca, tu proyecto tiene una marca, tu trabajo es una marca, tu país es una marca. Esto nos lleva a replantear la marca como algo radicalmente distinto de lo que habíamos concebido hasta ahora. Algo totalmente nuevo.
¿Qué elementos forman una marca?
Esta pregunta es, sin duda, la clave de todo este artículo. La respuesta, es algo más complicada de lo que parece, ya que se trata de un cóctel de muchas cosas.
Una marca no es solo el logo, el nombre o el color bonito, es todo eso y un poco más. Las marcas son como personas, con su propio estilo, personalidad y hasta un sentido del humor (a veces). Desde el diseño chulo que ven en las redes hasta cómo te responden cuando les mandas un mensaje, todo suma.
Pero hay más: los valores y la misión de la empresa también cuentan. Y claro, la experiencia que te dan cuando compras algo, ¡no se queda atrás!
En resumen, una marca es una combinación de muchas cosas que están en construcción todo el tiempo.
¿Cuál es el valor de una marca?
En la actualidad, el valor de la marca se convierte en el factor crucial que diferencia entre los usuarios que simplemente te compran y aquellos que sienten una conexión genuina contigo. Sin embargo, para comprender cuál es el valor de nuestra marca, es fundamental responder preguntas clave: ¿Quién es nuestra marca? ¿Cómo se expresa? ¿Qué mensaje comunica? ¿En qué nos diferenciamos? ¿Cuál es nuestro punto distintivo?
Estos interrogantes no son simples cuestionamientos, sino consideraciones esenciales que influirán en las elecciones de los consumidores. Además, la esencia de nuestra marca debe ser transmitida de manera efectiva para no ser simplemente uno más de los miles de impactos publicitarios, sino para arraigarse en la mente y corazón de nuestro cliente.
El valor de la marca no solo radica en lo que ofrecemos, sino en cómo lo ofrecemos y en la experiencia que creamos. Se trata de construir una conexión auténtica que va más allá de la transacción comercial.
Cuando logramos que nuestra esencia resuene con la identidad y aspiraciones de nuestro público, creamos una relación que va más allá de la compra, generando lealtad y un vínculo emocional duradero. En este contexto, el valor de la marca se convierte en la fuerza impulsora que define cómo somos percibidos, recordados y amados por aquellos a quienes servimos.
¿Las marcas evolucionan?
Como hemos mencionado antes, sí, y es más, deben hacerlo. No podemos olvidarnos de que el ecosistema digital se encuentra en constante cambio y evolución, por lo que siempre deberíamos sentir la necesidad de aprender más sobre el impacto que tiene el branding.
Según un estudio de análisis realizado por Neuromedia, al día recibimos en torno a 5.000 llamadas de atención o impactos, ¡que es muchísimo! De todos estos, nuestro cerebro recuenta una mínima parte, por lo que es esencial que sepamos cómo captar la atención de nuestro público correctamente. Si no, pasaremos desapercibidos.
Sin embargo, aquí entra otra cuestión muy relevante. Y es que las marcas, en su mayoría, ya no son simplemente funcionales, ni tampoco transaccionales. Cada vez son más aquellas que les dan una oportunidad al brand marketing. Y son justamente estas que comprenden la digitalización como una transformación cultural profunda, las que conseguirán calar no solo la mente del usuario, sino también su corazón.
4 pasos que puedes implementar para convertir tus clientes en creyentes de marca
Ahora que ya conoces la importancia de la estrategia de marca y el valor de marca, te vamos a dar 4 pasos que debería aplicar si quieres fidelización a tu público y pasar de tener clientes a creyentes:
Conoce tu esencia de marca
Antes de poder conectar con los clientes, es crucial entender quién es tu marca y qué la constituye. Define tu propósito, valores y personalidad. Este conocimiento interno es la base para construir una narrativa auténtica y coherente.
Comunica de manera auténtica
Transmite tu esencia de manera genuina y auténtica. Desde tu sitio web, hasta las interacciones en redes sociales, cada punto de contacto debe reflejar la verdadera identidad de tu marca. La autenticidad construye confianza, un componente esencial para convertir clientes en creyentes.
Crea experiencias memorables
La lealtad surge de experiencias significativas. Diseña interacciones que vayan más allá de la transacción comercial. Desde un excelente servicio al cliente hasta campañas que resuenen emocionalmente, cada experiencia contribuye a la percepción de tu marca.
Construye una comunidad comprometida
Fomenta la participación de tus clientes y crea una comunidad en torno a tu marca. Proporciona plataformas donde puedan compartir sus experiencias, opiniones y sentimientos. Una comunidad comprometida no solo fortalece la lealtad, sino que también impulsa la promoción de boca a boca, fundamental para convertir clientes en creyentes auténticos.
Conclusión
Como has podido observar, el valor de tu marca no solo radica en lo que ofreces, sino en cómo construyes una conexión genuina con tu audiencia. En un mundo saturado de impactos diarios, destacar y transformar clientes en creyentes requiere una comprensión profunda de tu esencia de marca, una comunicación auténtica, experiencias memorables y la construcción de una comunidad comprometida.
Cuéntame, ¿cómo podemos ayudarte desde Caronte Web Studio a potenciar tu marca?
¡Te leemos!