Ha llegado el momento de subir a internet tu página web, esa en la que llevas trabajando innumerables horas con tanta ilusión. Abres Google y empiezas a bucear por en las infinitas páginas que encuentras buscando cómo puedes «subir» tu web a la red. Es entonces cuando te surge la pregunta: «¿qué es un hosting?»
Quédate con nosotros y te daremos toda la información y las claves para acertar a la hora de elegir el nuevo «hogar» para tu web.
Antes de entrar al detalle con los hosting, conviene recordar que un hosting no es un dominio. Son servicios diferentes que si bien están ligados el uno al otro, no son lo mismo. Sobre los dominios, sus diferencias y cuál recomendamos según cada caso, hablaremos en una próxima entrada del blog. Aun así, podemos resumirlo explicando que si el hosting es «el disco duro», el dominio es la dirección o nombre que le daremos a este para acceder a él a través de internet.
Entrando ya de lleno en el tema que nos atañe, el hosting web es el lugar donde alojarás tu página web para que desde internet, los usuarios puedan visitarla e interactuar con ella. En resumen, no es más que un disco duro al que podrás acceder a través de la red de redes, las 24 horas del día.
El hosting es un disco duro online al que subirás tu web y que está disponible las 24h del día
Este disco duro donde alojamos nuestro sitio web, está conectado a un potente ordenador o servidor que será el encargado de servir los archivos de nuestra página web a los usuarios que nos visiten. Al ser un dispositivo que está conectado todo el tiempo a internet, también está dotado con potentes medidas de seguridad para evitar que nuestra web pueda verse comprometida.
Según la magnitud de tu sitio web (contenido, tráfico mensual previsto, etc) deberás decidir que tipo de hosting te conviene. A continuación vamos a ver tres de los hosting web más comunes:
Un hosting dedicado es un ordenador donde el 100% de sus recursos está al servicio del usuario que lo haya contratado. Esto quiere decir que todo el espacio disponible para la web, así como la capacidad de procesamiento de la CPU o la memoria RAM entre otros, estarán disponibles íntegramente para tu web.
Al no compartir recursos con ningún otro usuario, el nivel de seguridad del servidor es mucho mayor. Esto afecta también de forma directa al nivel de disponibilidad o «Uptime» de tu web. Si quieres saber más sobre el Uptime te dejamos un enlace donde podrás leer más sobre ello. También te informo que en las próximas semanas hablaremos más en profundidad sobre la disponibilidad de los hosting en nuestro blog.
Cuando hablamos de hosting compartido es común ver a usuarios que tuercen el gesto de la cara. Esto es debido a que, al compartirse los recursos del servidor, los usuarios tendemos a pensar que nuestra web no irá todo lo rápido que podría ir, o que nuestra web sufrirá caídas de servicio por sobrecarga del sistema.
Si bien este pensamiento es exagerado, también tiene su parte de razón. En un servidor compartido los recursos de este se reparten entre todas las páginas web que allí estén alojadas.
Los recursos que se distribuyen o comparten habitualmente son los siguientes:
Cabe mencionar que el disco duro, si bien es un recurso compartido, lo normal es que el proveedor del hosting te asigne un espacio «fijo» para tu alojamiento web.
La principal ventaja de este tipo de servidores es su precio, ya que al repartir el coste del mismo entre varios usuarios, el precio a pagar es sustancialmente inferior al que costaría un servidor dedicado.
Por el contrario, las habituales desventajas de este modelo de hosting son las siguientes:
En los últimos años este tipo de servidor se ha vuelto muy popular entre los usuarios, gracias a que aúna las principales ventajas de un servidor dedicado sin llegar a tener su coste. Este tipo de servidor está recomendado para usuarios que disponen de una web con tráfico de visitas moderado. Además, a este tipo de usuario, se les quedan «cortos» los hostings compartidos, pero un servidor dedicado supera con creces las necesidades de su web.
En estos servidores se crea una capa virtual para cada usuario. En ella, se asignan unos recursos estáticos que no serán compartidos con el resto de usuarios. De esta forma tú, como propietario de esta partición, tendrás acceso total a la raíz del sistema, pudiendo cambiar así el sistema operativo del servidor.
Aun así, para hablar más en profundidad sobre los servidores VPS, os emplazamos a leer la próxima entrada del blog donde abordaremos todo lo relacionado con este tipo de servidor.
A la hora de elegir un hosting para tu web, debes pensar que no hay opción buena o mala, sino que todo dependerá del tamaño de tu proyecto y del tráfico que vaya a generar. Si necesitas ayuda para decidir cual seria el servidor idóneo para tu web, puedes contactar con uno de los expertos de Caronte Web Studio
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