Cada vez se escucha más y más los términos «packaging ecológico» o «packaging sostenible», y si aún no lo has oído, pronto lo harás. Este tipo de embalaje o empaquetado supone una apuesta por la ecología y el cuidado del medioambiente. Es por eso que merece ser analizado con detenimiento. En este artículo expondremos las ventajas y desventajas del packaging sostenible para que tú mismo determines si «son el futuro» o una «moda pasajera». ¡Vamos allá!
La preservación del medio ambiente y el compromiso con la sostenibilidad son objetivos muy presentes en muchas de las marcas en la actualidad. Muchas empresas emergentes llevan el ecologismo por bandera, y otras mayores o más longevas tratan de virar en esa dirección, sabedoras de la gran masa de público que lo demanda. Es por eso que este fenómeno «eco-friendly» merece ser analizado y explicado en profundidad.
El packaging sostenible o packaging ecológico no es un embalaje al uso. No basta con modificar el envase habitual de cualquier producto y emplear materiales sostenibles o reciclables como papel, cartón o materiales altamente biodegradables. Existen varias características que hacen a un embalaje ecológico y por eso se considera una rama importante del packaging y diseño gráfico.
El uso de materiales ecológicos o altamente biodegradables es una de las claves del auge del packaging sostenible. Hasta ahora, el diseño de embalajes buscaba la rentabilidad y la funcionalidad de cara al usuario y, en mayor o menor medida lo cumplía, pero esto ya no es suficiente para una sociedad que exige mayor responsabilidad.
La proliferación del plástico inundó el mercado de productos envasados con un material que tarda varios cientos de años en desaparecer de la faz de la Tierra. Es por eso que el packaging aboga por el uso de materiales que, por supuesto, cumplan su cometido como envase, pero además, se degrade hasta desaparecer una vez finalizada su función principal pueda ser reutilizado o en su defecto reciclado.
Tal es la importancia del destino final del material en cuestión que hasta la fecha se siguen realizando pruebas con materiales de todo tipo; desde papel y cartón con semillas para darle otro uso al embalaje, a materiales basados en fécula de patata u otros orígenes orgánicos de fácil degradación.
Como decíamos, no es suficiente con escoger un material respetuoso con el medio ambiente, sino que la consecución de este ha de estar lo más optimizada posible. Esto quiere decir que la fabricación del packaging ha de asegurar el aprovechamiento de la mayor parte de materia prima para evitar desperdicios.
Además, el packaging sostenible ha de poseer una estructura capaz de contener el producto de manera óptima. Esto significa que prescinde de espacios innecesarios para albergar el producto, y de elementos sobrantes o disfuncionales que encarezcan el proceso de producción, como apéndices o elementos decorativos.
Por último, el embalaje sostenible se caracteriza por su funcionalidad. Por eso no solo evita el uso de materiales poco sostenibles, sino el uso innecesario de envoltorios de más.
En el proceso de embalaje convencional se hace uso de numerosas tintas y pegamentos que no son respetuosos con el medio ambiente. Por eso, el packaging sostenible busca reducir el uso de estos, mediante el menor número de tintas, o incluso tintas vegetales y pegamentos naturales o biodegradables, más respetuosas con el medio ambiente.
Cabe destacar, que en el afán de muchas empresas por demostrar su compromiso con el ecologismo, deciden lanzar su packaging sostenible impresos con tintas tradicionales en color verde, comúnmente asociado a la naturaleza y la ecología. Irónicamente, la producción de este tipo de tinta es una de las más contaminantes y por ende, menos sostenibles. Por eso, la tendencia actual es la del uso de tintas negras en base vegetal, mucho más respetuosas con el medioambiente y con un acabado más que aceptable.
Existen multitud de embalajes considerados sostenibles y por suerte, de manera paulatina contamos con más y más tipos, y numerosas innovaciones en los existentes. Estos son algunos de los más comunes.
Se llama comúnmente «plástico ecológico» al material derivado del uso de los polímeros de maíz o (PLAs), dado su parecido y funcionalidad. De aspecto transparente como el del plástico tradicional, la principal ventaja del PLA es que aparte de poderse emplear para la fabricación de vasos y otros envases similares al plástico, es que es totalmente biodegradable y compostable.
Uno de los materiales más empleados a la hora de hacer un embalaje sostenible es la celulosa. Esta consiste en un polímero basado en la glucosa y forma parte de la mayor parte de la biomasa terrestre. Esto significa que el packaging puede ser fácilmente compostable una vez desechado.
Hay que añadir que para reducir su permeabilidad se suele recubrir con el ya mencionado PLA, haciendo al embalaje idóneo para contener líquidos como refrescos o batidos. Además, este material es apto para su uso en microondas, por lo que también es apto para comida precocinada.
Los embalajes de papel kraft son los más extendidos dentro del mundo del packaging sostenible. Por eso, resulta muy fácil encontrarnos con embalajes y bolsas de este tipo, sobre todo en negocios de comida rápida o para llevar.
Existen multitud de formatos y acabados con este material; desde bolsas, a cajas plegables de todo tipo y tamaño.
Las claves de su éxito residen en la fácil adquisición de este tipo de material, su sencilla personalización, su aspecto rústico y tradicional que aportan cierto encanto al producto contenido, y por supuesto, su ligero impacto sobre el medioambiente.
Como ya hemos comentado con anterioridad, existen diversos y numerosos materiales para embalajes ecológicos, y por suerte, cada vez hay más. Entre ellos podemos destacar el uso de papel encerado, hoja de pino, caña, pulpa de trigo o la hoja de palma. Estos materiales tienen una biodegradación más eficaz que materiales como por ejemplo, el cartón.
Ahora que ya lo conocemos, es momento de analizar qué ventajas ofrece y por qué deberíamos emplearlo:
Aunque la apuesta del embalaje sostenible es ganadora a todas luces, no podemos obviar ciertos inconvenientes que hacen que su desarrollo o evolución no sea tan rápida cabría esperar. Estas son algunas de las desventajas del packaging ecológico.
Como puedes observar, las ventajas del embalaje ecológico son cuantiosas pero como todo lo asociado a la ecología, requiere de una concienciación y educación por parte de la sociedad que no parece tan arraigada como requiere iniciativas como estas.
¿Y tú, qué opinas? ¿Se trata de una moda pasajera, algo innecesario o una semilla que pronto florecerá? Te animamos a opinar en los comentarios y a aportar información adicional.
Esperamos que el artículo haya resultado de tu interés. ¡Te esperamos en nuestra próxima publicación!
En esta guía práctica, te explicamos qué es el presupuesto de rastreo, por qué es… Leer más
¿Alguna vez te has encontrado con un mensaje que te invita a actuar, ya sea… Leer más
Una de las preguntas más comunes entre los desarrolladores web que comienzan a usar JavaScript… Leer más
Descubre qué es y para qué sirve la preimpresión digital para conseguir una buena impresión… Leer más
Ampliamos información para las redes sociales. Descubre cómo gestionar correctamente los consentimientos necesarios en las… Leer más
Michael Bierut es mucho más que un diseñador; es un educador ejemplar, un escritor locuaz… Leer más
Ver comentarios
Muy bueno también el bagazo de caña de azúcar. Y reutilizar siempre que sea posible los embalajes es una muy buena opción en favor de la sostenibilidad. Cuanto antes nos concienciemos de la barbaridad que supone el ingente uso de plásticos que tenemos a nuestro alrededor...