Al igual que los intereses de los públicos, el marketing también va evolucionando y cambiando constantemente con el objetivo de mantener la atención de los compradores potenciales. Una de las corrientes con más peso que se puede observar desde hace unos años es el llamado marketing relacional. Este tiene como objetivo principal el establecer relaciones a largo plazo con los clientes. Y, aunque no lo parezca, muchas empresas conocidas lo ponen en práctica. Hoy, en el blog de Caronte, queremos hablaros en mayor profundidad sobre qué es y, además, daros un ejemplo marketing relacional que seguro que os hará comprender de manera muy sencilla cómo funciona esta corriente.
¡Vamos allá!
El marketing relacional, como bien dice su nombre, se trata de una estrategia que busca establecer y/o afianzar las relaciones de una marca con sus clientes. Debemos recordar que no hay nada más importante que la confianza que depositan nuestros clientes en nosotros, por lo que trabajar en las relaciones con estos nos permitirá tener unas bases sólidas, las bases para conseguir relaciones duraderas.
El objetivo principal de esta estrategia es que el público se sienta comprendido y escuchado y, a su vez, que la marca entienda qué es lo que busca: Cuáles son sus necesidades, sus deseos, sus preferencias, etc. Gracias a esto, la marca o empresa en cuestión podrá ajustar las acciones que vaya a llevar a cabo y ofrecer a sus clientes lo que buscan.
Teniendo en cuenta cuál es su objetivo, las marcas pueden hacer diversidad de acciones que les ayudarán a conseguirlo. Sin embargo, existen algunas de ellas que deben llevarse a cabo siempre. Estas son:
Como hemos mencionado antes, el objetivo principal de este tipo de estrategia es que las marcas sepan qué necesitan los clientes. Pero, para ello, deben trabajar mucho en escuchar a los clientes o al público objetivo.
No podemos olvidarnos de que, al final, son ellos los que dan valor a la marca y los que la hacen posible. Por lo que escucharles debe ser imprescindible, sea cual sea la situación.
A día de hoy los compradores valoramos cada vez más las cosas exclusivas y propias: Ya no queremos llevar lo que lleve todo el mundo o tomar lo que tome todo el mundo; queremos sentirnos especiales. Por este motivo, como marca, debemos tratar de hacer sentir a nuestros clientes como personas únicas. Dejar de ofrecer un producto genérico y tratar de darles algo personalizado con lo que ellos puedan sentirse relacionados y que, además, le encuentren valor.
Una marca que no interactúa es una marca cerrada. De eso no hay duda. Los compradores ya no ven a las empresas como un ente alejado. Buscan que esta tenga valores y características propias y que, además, los transmita de forma abierta.
Por último, pero no menos importante, la lealtad. Los compradores, por regla general, ya no cambian de marca a la mínima. Buscan una que se ciña a sus ideales, gustos y forma de pensar y se mantienen fieles a la misma. Por eso, es valioso que, desde la marca en cuestión, trabajemos también esa lealtad desde el otro lado: trasladarles la importancia que tienen para nosotros mediante acciones específicas, regalos o premios.
Ahora que ya conoces cómo funciona esta estrategia, veámosla aplicada en una marca muy especial: Coca-Cola.
Coca-Cola, al igual que muchas otras marcas o empresas exitosas, se encuentra en un proceso de escucha constante: Realiza investigaciones de mercado que le permiten conocer su grado de popularidad entre la gente y, además, utiliza mucho las redes sociales para escuchar a su público. Gracias a esto es capaz de detectar y comprender las tendencias emergentes y unirse a ellas a tiempo.
A esto, se le une también que cuenta con una gran presencia en redes sociales y otros canales de comunicación. ¿El objetivo? Interactuar de manera constante con los públicos, no solo para vender, sino también para trasladar valores e historias que les ayuden a crear vínculos personales.
Además, también han creado programas de fidelización como la app “Coca-Cola”, gracias a la cual los usuarios que tomen esta bebida pueden conseguir promociones o premios. Esto es una manera de motivar a los clientes a seguir eligiendo sus productos.
Y, por último, pero no menos importante, también debemos mencionar que, desde hace bastantes años, Coca-Cola realiza campañas personalizadas que ponen a la empresa en el punto de mira. A mi recuerdo llega una del año 2013 llamada “Comparte una coca-cola”. Durante esa campaña, comercializaron latas con los nombres más comunes en España y se convirtió en algo muy habitual el ver a la gente en el supermercado buscando su nombre entre las latas. ¡Creo que todo el mundo se hizo con una, aunque no bebiese Coca-Cola!
Como has podido ver, el marketing relacional es de esas cosas muy necesarias para una empresa. Aunque no sepamos ponerle nombre, todas las empresas al final del día buscan lo mismo: saber qué necesitan sus clientes para poder dárselo y, así, conseguir su lealtad.
¿Conoces algún otro ejemplo de marketing relacional que te parezca interesante? ¡Déjanoslo en comentarios!
¡Nos vemos en el próximo artículo!
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